La Congregación Mariana Claver de Bucaramanga es una Organización de laicos católicos unidos bajo la tutela y orientación de la Compañía de Jesús cuyo fin y características, sentido eclesial, vínculo comunitario, vida apostólica y unión con Nuestra Señora, busca para sus miembros crecer en la vivencia y compromiso de su fe cuya fuente de espiritualidad serán los Ejercicios de San Ignacio de Loyola. Con personería jurídica reconocida mediante Resolución Nº 46 de fecha 9 de Septiembre de 1.953 expedida por la Gobernación de Santander, está constituida jurídicamente como una entidad sin ánimo de lucro , derecho privado cuyo domicilio es la ciudad de Bucaramanga, Departamento de Santander, República de Colombia. La duración de la entidad es indefinida, pero podrá disolverse en cualquier momento en la forma prevista por sus estatutos.
En una humilde casita de la carrera 17 con calle 37, funcionó la Casa del Pobre, primera obra social de la Congregación Mariana que repartía alimentos a los más necesitados de los años 50. Allí mismo funcionó una pequeña escuela primaria para niñas y cursos de primeros auxilios y modistería.
Gracias a Don Pablo Trillos Ortiz, quien obsequió el usufructo de este edificio de la carrera 17, la Congregación Mariana utilizó el mezanine para salón de reuniones y allí mismo con un viejo equipo de pedal comprado en una prendería, iniciamos la prestación de servicios de medicina y odontología y la actividad social gratuita.
En un lote donado por el Dr. Francisco Padilla González (Monin), la Congregación Mariana promovió la construcción del Barrio Mariano hoy “La Gloria” en cuyo salón comunal las damas voluntarias ejercieron la acción social promoviendo en sus habitantes la convivencia, el sentido familiar y cívico.
En esta casa de la Carrera 19 No. 22-75 comprada en 1956 funcionó bajo los auspicios de la Congregación Mariana, la Escuela San Ignacio de Loyola para niños de bajos estratos, la que más adelante tomó totalmente el Municipio de Bucaramanga con el nombre de Concentración Escolar San Ignacio.
En 1972 gracias al Síndico del Hospital San Juan de Dios, Dr. Mario Acevedo Díaz quien cedió gratuitamente un pequeño local, subsistió precariamente la Congregación Mariana durante los dos años de su peor crisis que casi la lleva a su extinción.
“El CENTRO DE SERVICIOS DE LA CONGREGACION MARIANA, gestado por el amor al que desde hace 20 siglos nos invita Jesús de Nazareth, como el grano de mostaza de su Evangelio nació casi insignificante para hacer presencia en 1.953, ante la necesidad sentida de mitigar el hambre de desplazado de la violencia partidista, pero muy poco después comprendió que un pan mitiga el hambre apenas un instante, en tanto que el trabajo honrado eleva al hombre en su dignidad para toda la vida. Entonces, lanzó su consigna “Por una civilización de Amor” y trazó su misión como el esfuerzo para “hacer personas a través de servicios médicos, odontológicos y de capacitación”, consciente de que ayer, como desgraciadamente también hoy, las grandes carencias de Colombia siguen siendo salud y educación, para un porcentaje muy alto de su población. Hemos hecho pues, presencia en la historia de la comunidad bumanguesa, atendiendo en el Centro Odontológico, el Centro Médico y el Centro de Capacitación Artesanal especialmente a sus estratos económicos medios, con nuestros servicios dados con eficiencia, responsabilidad y entrega. Pero no estamos satisfechos. Somos apenas una gota de agua en el océano de las necesidades de la ciudad en donde detrás de su indudable progreso material se oculta el vacío de una sociedad en la que muchísimos de sus miembros miran indiferentes los abismos de penuria en que se hunde un altísimo porcentaje de sus gentes.
Ante la insolidaridad a todos los niveles quisimos complementar nuestra oferta educativa creando en 1.998 el Centro de Formación Técnica CEFORTEC como paso importante en la capacitación de jóvenes de estratos intermedios, porque se hace imperativo a todos los niveles, buscar un cambio especialmente en las nuevas generaciones hacia una toma de conciencia individual y colectiva sobre la corrupción, pérdida de los valores y búsqueda del enriquecimiento rápido e ilícito, nefanda herencia de una cultura que nos impuso el comercio ilegal de estupefacientes. Ante esa triste realidad, debemos reaccionar y por tanto tenemos obligación de orientar nuestras juventudes por caminos de honestidad, austeridad, sentido social y responsabilidad tanto en el trabajo como en la vida y porque nos duele Colombia, creemos nuestro deber seguir mostrando caminos, especialmente con el ejemplo, para invitar a pensar que a todos y en todos los niveles, nos obliga luchar por él. En esta fiesta de aniversario nos complace tener reunidos a uds. Amigos y colaboradores que han hecho y hacen posible nuestra labor institucional y confiamos en seguir contando con su apoyo y su favor.
“Quiero igualmente hacer mención de algunas personas que simbolizan y representan a todos los que a lo largo de estos 50 años han servido a la comunidad bumanguesa a través de su trabajo en los diferentes niveles del Centro de Servicios de la Congregación Mariana: El Odontólogo Dr. Pedro Suárez Ramírez quien por muchos años sirvió a la institución en su desempeño profesional y fue el primer coordinador del Centro Odontológico. Sra. Teresa Ramírez de Sarmiento, quien con dedicación, constancia y verdadero amor cristiano, sirve desde 1.964 cuando entró como enfermera y profesora y aún hoy diariamente entrega su tiempo y su energía, habiendo desempeñado múltiples cargos con gran responsabilidad. Sra. Tina Jaime Corredor, secretaria ejemplar, muerta a nuestro servicio, en plena juventud. Doña Chepita Duarte, modelo para todo el profesorado, quien desde los años iniciales ha dictado y aún dicta con eficiencia, cursos de Corte y Confección enseñando, como dijo el poeta cartagenero a “manejar la Singer que ayuda al buen comer”, a miles de personas de bajos recursos. Doña Rita Cáceres de Merchán quien igualmente desde el alba de la institución sirvió en los oficios generales y aún hoy a pesar de la edad, cuida amorosa las plantas y las flores de nuestra sede. Y por último, una especialísima mención al grupo de damas voluntarias que hoy bajo la presidencia de la Sra. Mariela Vivas de Rueda y siempre apoyadas en el tesón de la Sra. Zilia Vásquez de Martínez, lucen y ostentan el nombre de Congregación Mariana de Señoras, que ha dado carácter a la institución a lo largo de su historia, encontrando en ellas, la fidelidad a María, el espíritu social, el desprendimiento en sus acciones, la constancia en el servicio y su fe en el Peregrino de Galilea que sigue y seguirá vigente en tanto el tiempo exista, con su invitación a los hombres para vivir en constante actitud de comprensión, ayuda, solidaridad, perdón, amor y paz, con todos los hermanos y hermanas de la tierra”.
Directoras y Directores Ejecutivos que sucesivamente con su pulcritud, iniciativa y responsabilidad, constancia y sentido de servicio han conducido las finanzas y la acción social
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